Abrí este blog con la idea de que fuera una especie de diario de mis lecturas. El punto de vista personal de una estudiante de Filología Hispánica a la que un día dejaron de gustarle Los Cinco, se atrevió con Robinson Crusoe y poco a poco se fue aventurando en el casi infinito mundo de la literatura. Escribiré sobre los libros que de alguna manera me han marcado o aquellos que he leído por algún motivo en contreto, sé que será sólo una minúscula parte de ese vasto mundo de historias, pero será mi minúscula parte. Un diario en el que tener apuntadas mis lecturas para recordarlas yo, y si pueden servir para recomendar a alguien alguno de estos libros, mejor que mejor.

martes, 5 de enero de 2010

Órbita de Miguel Serrano


No sé qué me pasa que desde que leí Órbita no puedo dejar de fijarme en las matrículas de los coches y automáticamente aplicar la fórmula de A+B+C X D, busco con una ansiedad casi loca un 54, lo encuentro y sigo buscando, y así sucesivamente…También me pasa que miro los carteles de publicidad colgados cerca de las máquinas de tabaco de los bares con cierta inquietud y hablo con disimulo como si pudieran oírme, que cosas…
A veces me siento una rubia despampanante cuando yo siempre he sido morena con ojos negros y de despampanante tengo más bien poco. Otras veces me sorprendo siendo una espléndida vegetariana y bebiendo agua, porque últimamente he aborrecido el gas, el alcohol, la naranja y el limón.
Me pasa que no me fío de los piropos, no me van a engañar puede ser que sólo estén haciendo literatura. Tampoco creo en el amor, pues de él sólo termina quedando el veneno.
Últimamente confunden mi voz con la de mi hermano, cosa curiosa cuando yo siempre he tenido una voz más bien dulce y mi hermano tiene un vozarrón….
No sé que me ha pasado de un tiempo a esta parte desde que abrí la portada amarilla de este libro que me transportó a un viaje de colores, formas, texturas… un libro plástico que juega con las palabras, las pausas, los dobles significados… Un libro en el que los elementos de cada cuento que parece que van a sobrar acaban siendo imprescindibles al final, un final que termina haciéndote gritar, sorprenderte o que te provoca una sonora carcajada.
Encontré el libro de Miguel Serrano en la librería Cálamo, en la estantería de los autores que empezaban por la S, lo curioso es que era el único que estaba colocado de tal manera que se veía entera su portada amarilla, tapando a unos cuantos libros de autores con S. Así es un poco su obra, innova respecto al resto, no es otro libro paralelo sino que busca tomar otra posición, otra perspectiva desde la que contarnos historias originales pero a la vez cercanas como la vida misma.
No sé que me pasa de verdad, será que me habré salido de Órbita.

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